Cuando se trata de nutrientes, la vitamina K no es una de la que escuchamos mucho, pero es súper importante!

Ahora, para hacernos expertos: hay dos tipos principales de vitamina K: vitamina K1 y vitamina K2. La K1 es la encargada de la coagulación de la sangre, mientras que la K2 es más importante para la salud de los huesos, la regulación del crecimiento (ojo para niños!) y la prevención de la calcificación de las arterias (ojo para cardiópatas y posibles cardiópatas).

Hasta un 31% de la población adulta general puede ser deficiente en vitamina K, según un estudio en la revista Nutrients. Para evitar una deficiencia de vitamina K, coma alimentos con alto contenido de vitamina K1 (fuentes vegetales), como vegetales de hojas verdes (kale, acelga, espinaca, brócoli), coles de Bruselas y repollo, y aquellos ricos en vitamina K2 (fuentes animales), como la carne oscura del pollo, hígado, queso (de vacas alimentadas con pasto), yema de huevo y carne de cerdo.


Algunas de las señales principales que pueden indicar una deficiencia en vitamina K son:

Sus heridas no coagulan o sangran excesivamente.

Las señales de advertencia pueden incluir períodos menstruales abundantes, hemorragias nasales, sangre en la orina o las heces y sangrado de las encías. La vitamina K actúa en sincronía con una enzima requerida para la síntesis de protrombina, una proteína involucrada en la coagulación de la sangre.

Está perdiendo masa ósea.

La vitamina K puede desempeñar un papel en la salud ósea, y algunas investigaciones relacionan la ingesta de una mayor cantidad de vitamina K con una mayor densidad mineral ósea y un menor riesgo de fractura de cadera. La insuficiencia ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente vitamina K para soportar de manera óptima funciones como la salud ósea y cardíaca.

Tiene problemas cardíacos.

Cuando los niveles de vitamina K están bajos, el calcio puede depositarse en los tejidos blandos como las arterias, en lugar de los huesos. Esto puede no solo contribuye a huesos débiles; la calcificación vascular es un factor de riesgo para la enfermedad coronaria. Las personas con enfermedad renal crónica tienen un riesgo significativamente mayor de calcificación vascular.

Tiene síntomas de artritis.

Cuando los niveles de vitamina K bajan demasiado y hay deficiencia, es posible que su hueso y cartílago no obtengan todos los minerales que necesitan. Esto puede conducir a un mayor riesgo de osteoartritis, aunque la investigación en esta área aún es preliminar, según un estudio de revisión en el Journal of Nutrition and Metabolism.

Si necesita asesoría para mejorar su nutrición y prevenir deficiencia de nutrientes, puede contactarnos al 2256-8067 / 7167-9139 / info@saborysalud.com.