Con frecuencia pensamos que solo es imporante qué comer después de hacer ejercicio si somos adultos. Nos preocupamos por la masa muscular, por no ganar grasa, y por hidratarnos correctamente. Pero ¿porqué no hacemos lo mismo con nuestros niños? Al igual que nosotros, ellos también requieren de combustible y energía de calidad en una merienda post ejercicio. Necesitan hidratarse correctamente. Hay varios puntos clave que no podemos obviar.

Ya sea que entrenan futbol, hacen ballet, practican gimnasia, o juegan tennis, los niños están en crecimiento y desarrollo, y se benefician enormemente cuando los alimentamos bien.

¿Qué ofrecerles como merienda post ejercicio? Tome nota de los siguientes puntos importantes:

  1. Adecuada hidratación.

Pensamos que como son niños y hacen ejercicio, no importa darles la cajita de fresco super azucarado. ¿Será lo correcto? Aún con niños en crecimiento y hasta niños delgados, no hay necesidad de llenarlos de azúcar. Con agua pura es suficiente; de hecho es la mejor bebida que pueden tomar, y lo ideal es acostumbrarlos a ello. Y para ser ecológicos, es preferible usar botellas reutilizables, a las que también le podemos agregar hielo, para que estén frías después de hacer deporte.

  1. Carbohidratos de buena calidad.

Cuando hablamos de ¨buena calidad¨, no nos referimos a las calorías vacías del azúcar. Se les denomina de esta manera, porque solo aportan calorías, mas no micronutrientes importantes para su crecimiento y desarrollo. Algunos alimentos que ofrecen una buena calidad de carbohidratos son los siguientes: fruta fresca (un banano, una tacita con papaya picada, una manzana), fruta seca (como pasas o arándanos), alimentos integrales (como un sandwichito con pan integral, una galleta con avena o cereal de desayuno alto en fibra). Evitemos darles galletas con rellenos cremosos, cubiertas de ¨chocolate¨ (que usualmente son manteca), repostería o confites. Si el contenido de azúcar de alguna bebida o galleta es bajo (5 gramos, o 1 cucharadita, por porción), no hay problema.

  1. Proteína para los músculos.

¡Claro, importantísimo! Con frecuencia los niños comen en sus meriendas mucha azúcar y muchos carbohidratos refinados, sin un contenido protéico de valor. Y no se trata de darles ¨protein shakes¨… no, es buscar alimentos que contengan proteína de alto valor biológico, como un vaso o cajita de leche (es lo mejor!) o yogurt (no azucarado), o queso (en un sandwich o en una tortilla, o trocitos de queso Turrialba).

 

La educación nutricional que les damos a nuestros hijos es uno de los más grandes regalos que podemos inculcar en ellos desde que están pequeños. Enseñemosles buenas costumbres, y lo más importante de todo, prediquemos con el buen ejemplo.